Los rayos UV reducen el crecimiento de los microbios causantes de olores en la superficie del filtro del purificador de aire. Los organismos microscópicos en el aire quedan atrapados en los filtros de aire, que podrían multiplicarse si no se tratan. Cuando las bacterias, los virus y los protozoos se exponen a las longitudes de onda germicidas de la luz ultravioleta, se vuelven incapaces de reproducirse e infectar. La luz indicadora del purificador de aire se ilumina en rojo cuando es el momento de cambiar la bombilla.